Feliza Bursztyn

Feliza Bursztyn, escultora colombiana, reconocida por sus obras hechas en chatarra de hierro.

Feliza Bursztyn nació el 8 de septiembre de 1933 en Bogotá, Colombia. Estudió pintura en la Art Students League de Nueva York y escultura en la academia La Grande Chaumière en París.

Fue pionera en la utilización la chatarra de hierro y desperdicios de acero inoxidable para realizar composiciones en diferentes escalas.Así mismo, fue la primera artista que se interesó por el movimiento real en la escultura e hizo parte de la primera generación de artistas colombianos en pensar la relación entre el objeto escultórico y el espacio de exhibición, implementando de esta forma las instalaciones.

Su obra ‘Mirando al norte’ le permitió alcanzar el primer premio de Escultura en el XVII Salón Nacional. En 1968 realizó una exposición con esculturas cinéticas. En 1971 realizó Homenaje a Gandhi, que se encuentra en la carrera Séptima con calle Cien, en Bogotá. En este periodo desarrolló asimismo el proyecto Las camas. En la segunda parte de los años 1970 realizó otros dos trabajos públicos, la escultura Andrómeda y el mural La última cena, compuesto por 276 paneles instalados a diferentes niveles, cada uno con un sinnúmero de cubiertos aplanados y pegados con soldadura de punto, que se encuentra en el Centro Hotelero del SENA en Bogotá.

Durante el gobierno de Turbay Ayala ella expuso dos veces en Cuba su obra reciente: Baila Mecánica en 1980 y parte de su último trabajo titulado Color -una serie elaborada con chatarra y partes coloridas de automóviles accidentados- en 1981. La Baila también la había llevado a Polonia, que formaba parte de la Cortina de Hierro comunista.

Bursztyn se fue de Colombia luego de que, el 24 de julio de 1981, a las 4 de la madrugada, ingresaran a su casa varios militares que tenían una orden de allanamiento que había emitido un juez militar, en el que encontraron una pistola vieja, que no servía, que le había regalado un amigo y por la que un juez quería meterla a prisión por 5 años, acusada del delito de tener un arma sin licencia, aunque la razón real no era esa, porque, horas después de las requisas en su casa, la llevaron a un interrogatorio, en el que trataban de buscar algo que no encontraron, continuó ‘Gabo’ en su texto.
El escritor indicó que algún alto mando de las Fuerzas Militares, en declaraciones recogidas por El Espectador, informó que tenían pruebas que señalaban a Feliza Bursztyn como la mensajera entre dirigentes cubanos y el M-19, y esa sería la verdadera razón por la que querían meterla a prisión y por la que ella se tuvo que exiliar en París.

Bursztyn vivió 3 meses en su casa de García Márquez, en México, antes de ir a Francia y luego de salir de Bogotá, huyendo de ser encarcelada por un crimen que, según el nobel colombiano, “nunca le fue revelado”.

El 8 de enero de 1982, la escultora colombiana, exiliada en Francia, murió de agotamiento general, que es el nombre científico de la tristeza, según Gabriel García Márquez, en un artículo que escribió para El País de España, en el que indica que ella estuvo viviendo en ese país por 166 días.

Breve nota de adiós al olor de la guayaba de Feliza Bursztyn.