Bartolommeo Cristofori di Francesco nació el 4 de mayo de 1655 en Padua, población que formaba parte de la entonces República de Venecia. A pesar de que no hay registros oficiales sobre su infancia y su juventud, cuenta la leyenda que fue aprendiz del constructor de violines, Nicolo Amati, miembro de la escuela de Cremona y el hombre que formó a los luthiers italianos más importantes. Gente como Antonio Stradivarius, Andrea Guarneri o Jacob Stainer. En 1688, contando con 33 años, entró a trabajar como cimbalista al servicio del príncipe Fernando de Médici, hijo de Cosme III de Médici, Gran Duque de Toscana. El príncipe era un gran melómano, apasionado por la mecánica y las matemáticas, y tenía una buena colección de instrumentos musicales, aunque es posible que ya por entonces le interesara contratar a Cristofori no sólo para la custodia y mantenimiento de su colección, sino también por sus innovaciones técnicas. En Florencia probablemente dispuso de su propio taller y dos asistentes, uno de los cuales fue Giovanni Ferrini. Desde muy joven supo que quería ser alguien el mundo de la música. No como compositor, sino como creador. Antes del piano fueron dos sus invenciones, aunque no consiguieron el mismo éxito. La espineta era una especie de clavicordio con las cuerdas inclinadas para ahorrar espacio, algo muy preciado en los pequeños huecos en los que se colocaba la orquesta en las representaciones teatrales. Poco después, Bartolomeo Cristofori sorprendió con la original espineta oval, una especie de virginal con las cuerdas más largas a mitad de la caja. Pero su gran éxito llegaría algo más tarde. En 1698 empezó a trabajar en el piano, aunque algunos registros lo fechan dos años después, en 1700. En esa época trabajaba contratado por el príncipe Fernando II de Médici como conservador de instrumentos, construyendo clavicémbalos, en gran parte. Le dio una gran soltura con las piezas de cuerda y teclado, hasta el punto que se atrevió a dar el paso. Bartolomeo Cristofori veía un problema en los clavicémbalos y acabó encontrando la forma de resolverlo. No se podían tocar sonidos suaves y fuertes a la vez, así que se le ocurrió una idea y la llevó a cabo. Tardó 16 años en hablar de un “arpicémbalo”, un instrumento que tenía dos juegos de cuerdas y una caja de resonancia que podía producir notas suaves y fuertes o, en italiano “piano e forte”. El italiano lo bautizó como arpicembalo, que, literalmente, significaba «arpa-clavicordio», pero el mundo prefirió pasar por alto esta nomenclatura y referirse al instrumento por su principal matiz, el de producir a la vez sonidos suaves (piano) y fuertes, dependiendo de la presión ejercida sobre las teclas. Después de convertirse engendrar el piano moderno, Bartolomeo Cristofori comenzó su prolija carrera y llegó a construir cerca de una veintena de pianos a lo largo de su vida. Sin embargo, Bartolomeo Cristofori no cesó en su empeño de mejorar su creación. El italiano ue capaz de seguir ofreciendo su talento a la música y en 1726 introdujo en sus pianos el sistema una corda, que daba al intérprete la posibilidad, mediante un comando especial, de desplazar el mecanismo de tal modo que cada macillo golpeara sobre una cantidad de cuerdas menor de lo habitual para lograr un sonido muy suave. Este mecanismo, que se mantiene en los pianos modernos, permite que el macillo del piano golpee sobre una única cuerda de cada grupo. Bach supo del instrumento, lo probó, escribió algo para él, pero, al cabo, lo desdeñó. El éxito del pianoforte tuvo que esperar hasta Wolfgang Amadeus Mozart, que nació 23 años después de la muerte del inventor italiano y que compuso 27 conciertos para piano. Este instrumento musical permitió que grandes musico e hicieran mundialmente famosos, tal es caso de los compositores y pianistas: el alemán Ludwig van Beethoven y el austriaco Wolfgang Amadeus Mozart, este último considerado como uno de los músicos más influyentes y destacados de la historia. En el mundo aún se conservan tres pianos hechos por el inventor italiano, uno en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (Met) que data de 1720; otro en el Museo Strumenti Musicali en Rome, hecho en 1722, y otro en el Musikinstrumenten-Museum de la Universidad de Leipzig, de 1726, de acuerdo con el sitio de internet del museo estadounidense. El sonido del piano de 1720 que conserva el Met difiere del piano moderno, de acuerdo con el sitio del museo. “Su rango es menor, en lugar de 88 teclas tiene 54, sus cuerdas son más delgadas y sus martillos más pesados lo que le dan un timbre cercano a un clavicémbalo”. Bartolomeo Cristofori murió el 27 de enero de 1731 en Florencia, Italia. El 4 de mayo del 2015, Google celebra el 360.º aniversario del nacimiento de Bartolomeo Cristofori, músico e inventor de instrumentos; inventó a principios del siglo XVIII un instrumento de cuerda y teclado capaz de producir a la vez sonidos suaves y fuertes. |