Juan Aldama nació el 3 de enero de 1774 en San Miguel el Grande (actualmente San Miguel de Allende, Guanajuato). Fue hermano de Ignacio Aldama así como tío de Mariano y Antonio, también insurgentes. Miembro de una hacendada familia criolla, siguió la carrera militar en el ejército español y llegó a ser capitán de caballería del Regimiento de la Reina. Sin embargo, la injusticia del sistema mercantilista español, que impedía el comercio de México con cualquier otro páis que no fuera España, y la marginación de los criollos de los altos cargos de la administración colonial y del mando del ejército, en manos exclusivamente de españoles llegados de la península Ibérica, convencieron a Juan Aldama de la necesidad de rebelarse contra la metrópoli, ideal compartido por la mayor parte de los miembros de la aristocracia criolla mexicana. Participa en la conspiración de Valladolid en 1809. Después se trasladó a Querétaro, vivió en casa de su cuñado José Ignacio Villaseñor Cervantes, regidor perpetuo de esa ciudad, y por invitación de éste asistió a las juntas con el corregidor Miguel Domínguez y de su esposa. Como el enviado de la corregidora no encontraba a Allende, entrevistó al capitán Juan Aldama y le informó que la conspiración habia sido descubierta. Decidido lo anterior, participó en la aprehensión del subdelegado Nicolás Fernández del Rincón y del administrador de los diezmos Ignacio Díez Cortina. Recibe el encargo de vigilar a los presos españoles, con los soldados de su antiguo regimiento. Al entrar a la ciudad de Celaya tuvo un altercado con Miguel Hidalgo, debido a que éste autorizaba fácilmente a los soldados insurgentes para que se dedicaban al saqueo de las casas de los españoles. En esta ciudad fue nombrado Mariscal y con el grado de Teniente Coronel, participó en la "Batalla del Monte de las Cruces". Con la victoria, y al igual que Ignacio Allende, creyó conveniente avanzar con sus tropas sobre la capital. Ante la imposibilidad de continuar el avance sobre Ciudad de México, Juan Aldama decidió retirarse hacia el norte, pero fue hecho prisionero por los españoles el 20 de junio de 1811 en Acatita de Baján junto a los demás caudillos de la revolución. Sin embargo, no fueron sus muertes suficientes para el virreinato y su cabeza, así como la de los dos primeros que le acompañaron a la muerte y la del propio Miguel Hidalgo fueron conducidas a Guanajuato y colocadas en jaulas de hierro en cada uno de los ángulos de la Alhóndiga de Granaditas. En 1823 se le declaró Héroe de la Patria. Sus restos reposan en la capilla de San José, de la Catedral de la Ciudad de México. León de los Aldamas, en Guanajuato, lleva ese nombre en honor de los insurgentes de ese apellido. |