Manuel de la Peña y Peña nació el 10 de marzo de 1789 en Tacubaya, Ciudad de México. Al terminar su educación primaria, ingresó en el Seminario Conciliar de México. Gracias a una beca escolar que obtuvo, en 1811 se recibió de abogado civil y eclesiástico. El 26 de diciembre de 1813 fue síndico del ayuntamiento de la Ciudad de México. Cuando se dio el primer imperio en el país por Agustín de Iturbide, Manuel de la Peña estuvo a cargo de las fiscalías de hacienda y del crimen debido a su honradez se encargo principalmente de cobrar los impuestos. En el año 1820, el rey de España lo nombra oidor de Quito, pero no cumplió con el cargo, ya que decidió unirse al movimiento independentista. Durante el gobierno de Iturbide fue nombrado consejero de Estado y le concede la cruz de la Orden de Guadalupe. En 1824 fue Ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Ministro del Interior (27 de abril al 24 de Octubre de 1837), en el gobierno de Anastacio Bustamante. En noviembre de 1838 pasó a formar parte del Supremo Poder Conservador. En 1843 redactó un código civil y como miembro de la Junta Nacional Legislativa, participó en la elaboración de las Bases Orgánicas (1843). Profesor de la Universidad, presidente de la Academia de Jurisprudencia rector del Colegio de Abogados, fue consejero honorario del gobierno de José Joaquín Herrera y ministro Plenipotenciario en Roma (1845). En dos ocasiones ocupó la Presidencia del País. La primera fue a consecuencia de la renuncia del General Santa Anna el 16 de septiembre de 1847, de la Peña era Presidente de la Suprema Corte de Justicia, toma el poder y establece el gobierno en la ciudad de Toluca, permanece en el cargo del 26 de septiembre al 13 de noviembre de 1847. En dicha época el país continuaba con sus situaciones críticas tanto económicas, como políticas y sociales. Manuel de la Peña y Peña es nombrado por segunda ocasión, en carácter de Presidente de la Suprema Corte, se encarga de la Presidencia del 8 de enero al 3 de junio de 1848, cuando tomó posesión el General José Joaquín Herrera. Desde Querétaro, durante su gobierno se filmarán los Tratados de Guadalupe Hidalgo el 2 de febrero de 1848, mediante los cuales México cederá a los Estados Unidos más de dos millones cuatrocientos mil kilómetros cuadrados de su territorio Dicho estados fueron: California, Nevada y Utah. También se les dio algunas partes de Arizona, Colorado, Nuevo México, Wyoming, Kansas y Oklahoma, así como el estado de Texas. A cambio el gobierno norteamericano ofrecerá una indemnización de 15 millones de dólares, el pago de las reclamaciones que sus propios ciudadanos hacían al gobierno mexicano y defender la frontera de los ataques de los apaches. Frente a la crítica por la firma de los Tratados, Peña y Peña escribió: "El que quiera calificar de deshonroso el Tratado de Guadalupe por la extensión del territorio cedido, no resolverá nunca cómo podrá terminarse una guerra desgraciada... Los territorios que se han cedido por el Tratado no se pierden por la suma de quince millones de pesos, sino por recobrar nuestros puertos, por la cesación definitiva de toda clase de males, de todo género de horrores, por consolar a multitud de familias... Demasiado sentimos ya la desorganización social, la inseguridad de las poblaciones y caminos, la paralización de todos los ramos de riqueza pública y la miseria general". Después de celebrar elecciones y de entregar el poder ejecutivo a José Joaquín Herrera el 3 de junio de 1848, será elegido gobernador del Estado de México al año siguiente por un breve periodo (22 de marzo al 10 de mayo de 1849). Muere el 2 de enero de 1850 en la ciudad de México de cólera morbo. Después de 1895 sus restos descansan en la Rotonda de los Hombres Ilustres en el Panteón Civil de Dolores en la capital de la República Mexicana. |