José Mariano de Abasolo nació en 1783. En el poblado de Dolores perteneciente al Estado de Guanajuato, en el seno de una rica familia de hacendados. Fue hijo de José Abasolo (terrateniente) y Micaela Outón. Desde que a principios del siglo XIX comenzaron a expandirse los ideales independentistas, Abasolo, estuvo de su lado. En aquellos tiempos iniciáticos se desempeñaba como capitán del Regimiento de Dragones de la Reina y de inmediato tomó contacto con aquellos hombres que en Valladolid (actualmente Morelia, en el estado de Michoacán), habían convocado una conspiración símil a la propuesta en Querétaro. De regreso a San Miguel casó con doña Manuela Rojas Taboada de Chamacuero. El 16 de septiembre de 1810 se unió al sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, quien ese mismo día había lanzado el denominado grito de Dolores en dicha localidad, inicio del movimiento independentista mexicano contra el dominio español. Entregó las armas de su regimiento, del que era capitán, y pronto ascendió en el escalafón de las tropas insurgentes, accediendo en octubre de ese año al grado de mariscal de campo y participando en la victoria del Monte de las Cruces el 30 de mayo de 1810. En enero de 1811, después de la derrota de Hidalgo en la "Batalla de Puente de Calderón", huyó hacia el norte y renunció al nombramiento de jefe de las tropas resistentes que hizo en su persona Ignacio Allende en la ciudad de Saltillo. Prefirió seguir con Hidalgo rumbo a los Estados Unidos para buscar adeptos y apoyo, pero el 11 de marzo de 1811 fue aprehendidos junto con Hidalgo, Ignacio Allende y Juan Aldama, en Acatita de Baján (en el estado de Coahuila) y llevado con ellos a Chihuahua. Todos los demás fueron condenados a morir fusilados y luego decapitados y mostradas sus cabezas como ejemplo y reprimenda para lo que continuaran en la lucha. Abasolo no fue fusilado en Chihuahua como los demás insurgentes, por la intervención de su esposa, mujer acaudalada, quien acudió con súplicas ante el virrey, y por la conducta observada en el proceso que demostró su debilidad de carácter, pues se retractó de sus acciones, acusó a Hidalgo y a Allende de ser los cabecillas del movimiento y, además, reveló nombres de implicados en la insurrección que permitieron nuevas aprehensiones y el fusilamiento de José María Chico. En mayo siguiente fue condenado a cadena perpetua y trasladado preso a España en 1812, donde falleció en los calabozos del Castillo de Santa Catalina, en Cádiz, España, el 14 de abril de 1816. Abasolo fue declarado "Benemérito de la Patria". Su nombre está inscrito con letras de oro en el salón de sesiones de la Cámara de Diputados. |